El comienzo
Escuchando: Bach – BWV 552 – Prelude and Fugue in Eb Major (Saint Anne)
Es viernes santo de 2005. La pasión de Cristo.
Después de pensarlo varias veces, me decido a montar un blog. Lo que pretendo es guardar todo lo que sé, todo lo que pienso y todo lo que pueda guardar.
Tengo la sensación de haberme perdido en esta sociedad. Quizás es la sociedad la que está perdida. No es algo que me quite el sueño. Pero antes que se pierda todo quiero guardarlo todo, como si fuera a quemarse. Todo lo que sé, lo que he aprendido y las experiencias que he adquirido no pueden esfumarse como si nada, como si nunca hubieron existido. Porque yo existo gracias a todo esto.
Divido este rincón en cuatro apartados. Creo que definen muy bien el carácter o vertientes de una persona. Son característicos.
- Sendero: el camino. El destino. Lo que toda persona debe recorrer.
- Magnificencia: la cultura. Lo que nos hace humanos. Lo que nos diferencia de los animales.
- Esferas: los tecnicismos. La especialidad. Toda persona se especializa en algo.
- Reloj: la rutina. El día a día. Los 86400 segundos que nos marcan cada día.
Estos cuatro temas deberían formar la base de cualquier ser humano. Si alguno falla, los demás se tambalean. ¿Qué clase de persona es aquella que no tiene nada de cultura? ¿Qué tipo de ser humano es aquél que no tiene destino? ¿Quién es capaz de no tener ambiciones? ¿Alguien no tiene un día de rutina?
Son demasiadas cosas que puedan condensarse en tan poco tiempo y espacio. Tengo prisa a hacerlo. ¿Y si mañana cambia todo? Demasiada impaciencia. Agota. ¿Cómo se quita? ¿Se puede arreglar? No empiezo bien.
Todo está supervisado por mí. Todo será a mi gusto. Si algo no me gusta, lo cambio, lo borro y me quedo tan pancho. No espero nada de este sitio. Ni de nadie. Como siempre. Lo único que espero es que pueda guardar una vida. Con una es suficiente. Cabrá, ¿no?
Escuchando: Bach – BWV 561 – Fantasia and Fugue in A minor